Un rato en el que grandes y pequeños han trabajado codo con codo recogiendo tomates, lombardas y pimientos; han quitado las plantas y los tutores que las sostenían, lo han colocado todo y han recogido los desperdicios para tirarlos a la basura.
Da gusto ver el entusiasmo y la energía que derrochan a la hora de trabajar todos juntos sin distinción de edades, aquí todos cuentan y todos pueden poner su granito de arena. Está claro que con agricultores como los nuestros el resultado siempre será bueno.
¡Qué suerte tiene el Huerto de Blas!
Da penita ver los bancales tan vacíos... pero tranquilos que la semana que viene toca volver a plantar. Ya os iremos contando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario